El tratamiento de Javier comenzó con una evaluación completa para diseñar un plan de rehabilitación adaptado a sus necesidades específicas. Se combinaron técnicas de fisioterapia manual con ejercicios de fortalecimiento muscular, estiramientos y sesiones de hidroterapia. Las primeras semanas se centraron en reducir el dolor y la inflamación, seguido de una fase intensiva de ejercicios para mejorar la flexibilidad y la fuerza de la rodilla. Además, se integraron terapias de propriocepción para restablecer el equilibrio y la coordinación, esenciales para la estabilidad de la articulación.
Para optimizar su recuperación, utilizamos la tecnología de ultrasonido terapéutico para reducir la inflamación y acelerar la cicatrización de los tejidos. También se aplicaron sesiones de electroestimulación para fortalecer los músculos alrededor de la rodilla y tecnología de realidad virtual para mejorar la propriocepción y la coordinación de sus movimientos.
El proceso de recuperación de Javier se completó en un periodo de 12 semanas, logrando resultados que superaron las expectativas tanto del paciente como del equipo médico.