Cicatrices
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Una cicatriz es el resultado natural del proceso de curación del cuerpo tras una lesión en la piel. Las cicatrices pueden variar en tamaño, forma y color, y aunque algunas son apenas perceptibles, otras pueden ser prominentes y causar molestias o problemas funcionales.
Estas pueden surgir después de operaciones quirúrgicas, accidentes, quemaduras o enfermedades de la piel como el acné.
El tratamiento de cicatrices se personaliza según el tipo y severidad de la cicatriz, incluyendo:
- Terapia con Láser: Para mejorar la textura y el color de la cicatriz, reduciendo la prominencia.
- Microagujas: Estimula la producción de colágeno y elastina para reparar y suavizar la piel.
- Terapia Manual: Masaje de cicatriz para movilizar los tejidos, mejorar la elasticidad y reducir el dolor o la rigidez asociados.
- Ejercicios de Movilidad: Especialmente en cicatrices que afectan el rango de movimiento, para mejorar la flexibilidad y la funcionalidad del área afectada.
Las cicatrices son parte del proceso natural de curación y se forman cuando la dermis, la capa más profunda de la piel, se daña. El cuerpo forma un nuevo tejido fibroso, que puede tener una textura y calidad diferentes al resto de la piel circundante. Las cicatrices pueden ser hipertróficas, queloides, atróficas, entre otras, dependiendo de cómo el cuerpo responda al trauma.
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